Los residuos sólidos urbanos (RSU, mejor conocidos simplemente como basura) se conforman de materia orgánica e inorgánica, y son generados por comercios, industria y casas habitación, entre otras fuentes. En la actualidad, el problema de su tratamiento es una gran preocupación para las sociedades en general, pero en nuestro país, los métodos para su disposición, transformación y aprovechamiento han resultado ineficientes e insuficientes, lo que provoca contaminación del medio ambiente.
El problema de los RSU en México es muy grande: como parte del Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (PNPGIR) 2009-2012 se reportó la generación de 94,800 toneladas diarias de RSU, lo que significa 34.6 millones de toneladas anuales, cuya composición aproximada es: 53% de residuos orgánicos y 47% de inorgánicos; de estos últimos, 28% es potencialmente reciclable y 19% corresponde a residuos no aprovechables. Se estima que, para 2015, se generará 22% más de RSU, sin considerar el aumento poblacional. Los materiales que se reciclan son, generalmente, inorgánicos, como plástico, aluminio, fierro y vidrio, entre los cuales encontramos el papel —el principal material que se recicla, de acuerdo con el reporte del PNPGIR (Semarnat 2012)—.1 El PNPGIR menciona que se recolecta 87% de los residuos generados, de los cuales, 64% se envía a 88 rellenos sanitarios y 21% a sitios controlados; el resto se deposita en tiraderos a cielo abierto o en sitios sin control.1 |
Fortaleza educativa
miércoles, 14 de octubre de 2015
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